Es la creación de ambientes y sistemas seguros para los niños y las niñas, que resultan de las acciones de incidencia en leyes, políticas, programas y presupuesto de gobiernos locales y nacionales, y de la articulación de diferentes actores sociales (familias, escuelas, organizaciones basadas en la fe, comunidades, empresas, ONGs y organismos internacionales) frente al sistema de protección del Estado y sus entes de control, por una niñez tiernamente protegida.

El bienestar de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes es el conjunto de condiciones ambientales, culturales, espirituales y sociales que posibilitan el desarrollo de sus capacidades y potencialidades y que les permite establecer relaciones positivas consigo mismo, con los demás y con su entorno. Se articulan estratégicamente para trabajar y responder a las necesidades de la primera infancia (prenatal – 5 años), los escolares (6-11 años), los jóvenes y adolescentes (12-18 años).